Si hablamos de maestros del claroscuro, no podemos dejar de mencionar a Rembrant, pintor holandés del siglo XVII. Nació en el seno de una familia acomoadada de molineros, y se educó en Leiden. A temprana edad decidió dedicarse a la pintura y en 1625 abre su taller en Leiden, junto a Jan Lievens. En este periódo su pintura evolucionó y fue desde colores vibrantes hasta afianzarse poco a poco en el claroscuro, técnica característica del periodo barroco, que llegó a caracterizar y destacar la obra del artista.
Abarcó diversos géneros, pero su pintura sobresalió en el género religioso y el retrato principalmente. Sus retratos de grupo son obras magistrales, alejadas de las convenciones de la época, donde los personajes parecen cobrar vida gracias a la composición de la obra, el detalle de los gestos, la singularidad de cada rostro.
Rembrant también fue un gran dibujante y grabador. En su legado encontramos cerca de 1500 dibujos y aproximadamente 400 grabados.
La mayor colección de sus obras está reunida en el Rijksmuseum en Amsterdam, que cuenta con obras como "La ronda de noche" o "La novia judía". Muchos de sus autorretratos están expuestos en el Mauritshuis en La Haya. En la casa donde vivíó, hoy convertida en museo en Amsterdam, se exponen varios de sus grabados. Fuera de Holanda, la mayores colecciones de sus obras se encuentran en la National Gallery de Londres, la Gemäldegalerie de Berlín, el Hermitage en San Petersburgo, la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde, el Louvre de París, y museos en Nueva York, Washington, Kassel y también en colecciones privadas.
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